Iniciando la partida
En un artículo anterior que habíamos escrito Javier de Miguel y un servidor nos hacíamos eco de afirmaciones como “el músculo más importante para jugar al golf es el que está entre las orejas” o “... un deporte que consta de dos partes: golpear la bola y dominarse a uno mismo en el campo” o “el golf es muy complicado y, al menos un 80%, es mental” procedente de profesionales de la solvencia de Jack Nicklaus o Severiano Ballesteros. Pero no vayan a pensar ustedes que esto es patrimonio de los grandes jugadores, muy al contrario muchos jugadores aficionados con un handicap alto afirman que un elevado porcentaje del resultado depende del juego mental.
Evidentemente no vamos a caer en la siempre fácil trampa de considerar los factores psicológicos como una condición sine qua non , pero sí es científicamente cierto que el entrenamiento psicológico mejorará sensiblemente los recursos de acción del jugador, y por ende, su juego y su ejecución técnica.
¿Cómo se consigue esa mejora?. Trabajando y entrenando los factores psicológicos. El entrenamiento psicológico es un complemento al físico, técnico y táctico, no da solución a todos los problemas, pero ayuda a la resolución de casi todos. Un jugador de golf dedica muchas horas en el campo de prácticas mejorando su swing, y sin embargo no entrena el aspecto psicológico de su juego Es cierto que a mayor nivel técnico más posibilidades de jugar bien y de experimentar mejores sensaciones porque ganará en el control de la situación, y su autoconfianza se verá reforzada.
¿Jugamos una partida?
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