LA CONCEPCIÓN DEL OCIO EN LA EDAD MEDIA, EL RENACIMIENTO Y LA LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Continuando con las reflexiones sobre el ocio, en la Baja Edad Media y comienzos del Renacimiento encontramos otro sentido del ocio. El tipo de ocio que surge está inspirado en un espíritu lúdico clasista. Consiste en la abstención de trabajo y en la dedicación a actividades elegidas libremente tales como la guerra, la política, el deporte, la ciencia o la religión. La vida ociosa es indicador de una elevada posición social (Huizinga, 1924).
Queremos destacar que lo importante será que el empleo de un tiempo de ocio se va convirtiendo en un signo exterior de nobleza, contrapuesto al servil tiempo de trabajo, señal de sumisión.
LA CONCEPCIÓN DEL OCIO EN LA EDAD MODERNA
Los postulados sobre el valor ético y religioso del trabajo defendidos en Europa por la ética reformista del calvinismo y las rígidas doctrinas del puritanismo inglés, a partir del siglo XVII, dan un nuevo sentido al ocio. La nueva concepción considera que el ocio es un vicio personal y social.
El ocio pasa a ser entendido como contrapuesto a trabajo. El trabajo es productivo; el ocio es improductivo. El protestantismo suprimió el culto a los santos, y con ello los días de fiesta dedicados a ellos, que pasaron de este modo a ser productivos. El movimiento puritano restringió los placeres y las distracciones, y miró con recelo la práctica de la educación física y los deportes, los cuales sufrieron fuertes limitaciones tal como ha expuesto en su trabajo Brailsford (1969).
Esta huella puritana, como concepción del ocio desde un punto de vista negativo, será honda y llega a la sociedad industrial (recordemos el proverbio de la época "all work and no play"). Incluso podemos encontrarla hoy en la clase media. Un ejemplo de ello es el que nos muestra W.H.Whyte en su trabajo The Organization Man (1956), refiriéndose a los ejecutivos que viven para la organización empresarial a la que pertenecen sin importarles su ocio.

EL OCIO Y LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Con la llegada de la Revolución Industrial la jornada de trabajo en lugar de disminuir aumenta. El tiempo de trabajo diario aumenta para hombres, mujeres y niños, hasta llegar, incluso, a puntos agotadores. Todo ello implica que las masas trabajadoras tomen conciencia de esta situación e inicien un movimiento reivindicativo. Sus objetivos se resumen en dos puntos: reducción de la jornada laboral y aumento de los salarios. Ello origina un proceso que persigue la disminución de las horas de trabajo a través de medidas legislativas, mediante las cuales los gobiernos establecen límites máximos a la jornada de producción. Una fecha significativa es el año 1948, en la que la Asamblea de las Naciones Unidas aprueba la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta declaración proclama en su artículo 24 "el derecho al disfrute del tiempo libre".
Lo interesante es resaltar la nueva dimensión que alcanza el ocio y el tiempo libre en su acepción más moderna. Tanto en Grecia como en Roma, como en la Edad Media y Renacimiento y el puritanismo inglés posterior, la actividad ociosa tiene un significado claro que condiciona el empleo del tiempo dedicado a ella. La valoración del ocio está en función del modo como se emplea.
Esto es diferente en el uso moderno del término. Lo que importa no es directamente el ocio, sino el no-trabajo. El valor esencial se centra en los aspectos cuantitativos del ocio, no en los cualitativos.

Más información se puede encontrar en:
-Hernández Mendo, A (2000). Acerca del ocio, del tiempo libre y de la animación sociocultural. Lecturas: EF y Deportes. Revista Digital, 23, julio. http://www.efdeportes.com/efd23/ocio.htm [Consulta: 31 de julio de 2000].
-Hernández Mendo, A. y Morales Sánchez, V. (2008). Una revisión teórica: ocio, tiempo libre y animación sociocultural. Lecturas: EF y Deportes. Revista Digital, 108, junio. http://www.efdeportes.com/efd127/una-revision-teorica-ocio-tiempo-libre-y-animacion-sociocultural.htm [Consulta: 22 de diciembre de 2008].

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