Sobre la comunicación

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpa­ba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes am­bonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él pro­curaba relamar las incopelusas, se enredaba en un gri­mado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergoma­ninaal que se le han dejado caer unas fílulas de caria­concia. y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y para­movía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convul­cante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una su­brehumítica agopausa. jEvohé! iEvohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perli­nos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las mario­plumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias (Cortazar. Rayuela .Capítulo 68)

Acerca de este capítulo de Rayuela, José Antonio Marina (1998) afirma: "el límite de la tolerancia semántica es que la palabra siga sirviendo para comunicarse. La literatura, que en cierta manera es siempre una transgresión lingüística, intenta ampliar todo lo posible su ámbito. Algunos escritores han jugado a estar en el límite como (...) Cortázar (en) Rayuela. (Este capítulo) (...) trata de una escena de amor físico, irónicamente evocada mediante habilidosas mezclas de sintaxis y palabras sabiamente deformadas" (p.45-46).

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española al definir el término comunicación, afirma que proviene del término latino communicātio (-ōnis) que significa poner en común, hacer común, hacer partícipe. Este será el sentido que se ha intentado infundir a este trabajo.

El interés por la comunicación humana supone un esfuerzo metanalítico2 que se origina con el proceso comunicativo. En un principio, la comunicación estaba enfocada hacia la vida pública. Actualmente, aunque esta área es importante, no es el único centro de interés para los investigadores de la comunicación. Actualmente, es posible considerar cuatro ámbitos de comunicación desde el punto de vista psicosocial: (a) comunicación intrapersonal, (b) comunicación interpersonal, (c) comunicación organizacional, y (d) comunicación de masas. Por oto lado, el estudio de la comunicación se ha realizado a tres niveles distintos: físico, semántico y sociocultural. El primer nivel es característico de los físicos, con un amplio desarrollo en el terreno de las telecomunicaciones; el segundo se refleja en el progreso de la lingüística y sociolingüística; el tercero, es característico de las Ciencias Sociales (Lucas Marín, García Galera y Ruiz Román, 1999).

También es necesario resaltar el incremento notable en las interrelaciones entre la Comunicación y la Psicología. Actualmente el hombre puede ser considerado como una fuente de información, o un canal por el cual puede existir un flujo de información (Miller, 1980). Al respecto, Caille (1984, p. 23), propone reemplazar el clásico postulado “Pienso, luego existo” por el de “Comunico, luego existo (soy)”. Sin embargo, de acuerdo con Miller (1980), el hombre es un lamentable elemento en el interior del sistema de comunicación, ya que posee escasa amplitud de banda, un alto nivel de ruido, su mantenimiento es caro y su período de sueño es de ocho horas de cada veinticuatro, generalmente. Otra posición a tener en cuenta es la mantenida por Vayer y Roncin (1986, p. 33), al expresar que “la persona humana es un conjunto de redes de comunicación, integrado y vivo en el seno de otros conjuntos, pero igualmente identificable en tanto en cuanto a polo de ciertas interacciones específicas”.

Desde el punto de vista de los grupos, Tajfel (1984) afirma que cuando se produce el aumento de los aspectos cuantitativos y cualitativos de las comunicaciones interpersonales aparece una facilitación de dos atributos tales como la cohesión del grupo y el incremento de los procesos de identificación de las personas como componentes del grupo del que forman parte.

Desde distintas áreas del ámbito de las Ciencias del Deporte se han realizado importantes aportaciones a la investigación de la comunicación: Teoría de la comunicación (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1982, 1983; Bernstein, 1988), dinámica de los grupos (Maissoneuve, 1985; Vayer y Roncin, 1986, 1989), teoría general de sistemas (Sanvinsens, 1984; Colom, 1982) y didáctica aplicada (Flanders, 1977, Delamont, 1984; Hargreaves, 1979; Stubbs y Delamont, 1978). Asimismo, son muy importantes los estudios realizados por Parlebas (1977) relativos a la Praxémica.

La importancia del fenómeno comunicativo se establece por las funciones que cubre en los diferentes ámbitos donde se produce. Diversos autores (Bird, 1977; DiBerardinis, Barwind, Flaningam, y Jenkins, 1983; Martens y Peterson, 1971; Nixon, 1976), han estudiado el nexo entre las habilidades comunicativas o la cohesión de equipo y el éxito deportivo atlético. Desde un punto de la Psicosociología del Deporte, Weinberg y Gould (1996) analizaron el proceso de la comunicación, señalando la existencia de tres tipos: intrapersonal, interpersonal y no verbal. En un trabajo anterior, Weinberg y Gould (1995), señalan cinco propósitos significativos de la comunicación: convencimiento, evaluación, información, motivación y resolución (de problemas), expresando la posibilidad de la existencia simultánea de varios de estos propósitos.

Sullivan (1993), señala que en los deportes de equipo con carácter interactivo, las habilidades comunicativas efectivas desempeñan un papel significativo en el éxito y el rendimiento de un equipo.

En el marco del entrenamiento deportivo son abundantes los estudios con respecto a la comunicación del entrenador con los deportistas. Tutko y Richards (1984) realizaron un amplio estudio referente a este tema. Estos autores señalan las diferentes maneras3 de que dispone el entrenador para aportar información al deportista. Con respecto a la toma de información por parte de los deportistas indican una serie de perspectivas4 que precisan utilizar los entrenadores. En su estudio abordan la comunicación desde dos niveles: (a) la comunicación con el individuo, y (b) la comunicación con el grupo. Con respecto al primer nivel, señalan que el respeto y la confianza recíproca son fundamentales en la comunicación. En el segundo nivel, el entrenador dedica una parte fundamental de su tiempo a la discusión de problemas con el equipo, afirmando que el carácter del equipo sufre modificaciones en función de los cambios de los deportistas componentes del mismo.

Buceta (1998) señala que en aquellos deportes en que es importante transmitir información e interaccionar de forma coordinada entre los componentes de un equipo deportivo, resulta evidente la relevancia de las conductas influyentes en la comunicación interpersonal. Para un deportista la consecución de conductas relevantes de carácter no verbal como verbal, en la situación preliminar conveniente, ayuda a una mejora de su rendimiento. Asimismo, si se logra la exclusión de comportamientos frecuentes de comunicación interpersonal negativos, y se remplazan por conductas idóneas se provocará también un aumento del rendimiento.

Con respecto al proceso de comunicación en el tenis de dobles, Loehr (1990, p. 149-150) expresa la relevancia de la misma mediante este texto: “La definición estándar de un buen jugador de dobles no suele incluir ninguna referencia a habilidades emocionales o comunicativas, aunque sean factores críticos para el éxito. (...)Un buen jugador de dobles es aquél que puede leer en su compañero y que es capaz de comunicar con efectividad a éste los mensajes, tanto verbales como tácitos que mejoren su rendimiento. La comunicación de mensajes correctos a un compañero exige una comprensión básica del mismo”.

Para leer más sobre este tema pueden consultar:
Hernández Mendo, A. y Oscar Garay Plaza (2010).Redes y modelos de la comunicación en el contexto deportivo. Lecturas: EF y Deportes. Revista Digital,15(143), http://www.efdeportes.com/efd143/redes-y-modelos-de-la-comunicacion-en-el-contexto-deportivo.htm [Consulta: 4 de abril de 2010].

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